martes, 16 de octubre de 2012

Junta las manos y espera,

no tardarán en llegar las despedidas,

los adioses que desconoces y temes,

se irán como vinieron las alegrías y desdichas,

por la puerta del balcón,

por cualquier ventana,

en medio del más placentero de los besos,

transformando un orgasmo brutal en el más grande sinsentido

de tu vida,

¿y entonces que harás?,

dime, romántico de corazones perdidos,

dime, bufón, marioneta de mil almas,

tu, que te autodenominas poeta,

¿qué harás con tus versos sin su olor, sin su piel?,

¿acaso mitigarán el dolor de los que no quieren escucharlos?,

ojalá revienten en tu boca,

ojalá te ahoguen la soledad y el abandono salidos

de tu propia tinta, de tu propio papel,

porque como tu bien sabes,

los poetas no podeis dar nada, solamente palabras,

para que podamos saborear vuestras insulsas experiencias,

la falacia, la mentira de vuestras vidas,

sin la calidez del amor sois menos que nada,

igual que los demás mortales,

así pues fallece en tu palabra,

llora en soledad,

conoce al fin el dolor,

poeta.